Cuenta la leyenda que un conejito llevaba una cesta llena de huevos de colores, que repartía entre los niños.

Esta tradición que todavía perdura en muchos lugares, consiste en esconder los huevos pintados en los jardines o en los alrededores de la casa.

El conejo es elegido como símbolo de Pascua por su capacidad de procreación, una cualidad muy apreciada y que también se relaciona con las fiestas de algunos países que denominan estos días “Easter” (diosa de la luz), símbolo de la fertilidad de las tierras y donde celebran esta festividad coincidiendo con el inicio de la primavera.

Otra leyenda popular cuenta también, que el origen del conejo de Pascua, se remonta en la época de Jesús. Se refiere a un conejo que estuvo encerrado en el sepulcro y fue testigo de la resurrección.