Marie van Goethem, era la muchacha de 14 años que posó para la conocida escultura “La pequeña bailarina” de Degas.

Degas esculpió en cera a una joven que aunque en su delicadeza transmitía vulnerabilidad, también exhibía orgullo.

Cabeza levantada, hombros hacia atrás en postura erecta y digna, la bailarina mira hacia arriba con los ojos entreabiertos como si disfrutase de una bien merecida ovación.

Peinada con cabellos naturales, vestida con un tutú, mallas en las piernas y auténticas zapatillas, al hacerla en cera, parecía que respirara.

Edgar Degas la presentó por primera vez en la exposición universal de 1881 dentro de una urna de cristal. Fue un grave error, los críticos lo acusaron de presentar a la niña como un espécimen de museo, no supieron ver en aquella época el realismo que Degas describía sin hipocresía, la sociedad de su época.

Existen 28 vaciados en bronce, realizados con el modelo de cera, los cuales se encuentran repartidos por los mejores museos públicos del mundo. Uno de ellos se encuentra en el museo Orsay de París que preserva las características de la escultura protegiéndola con una pantalla de cristal, respetando el deseo de Edgard Degas.