Hay quien habla de relax, pero prefiero llamarlo por su nombre: Siesta.
Este pequeño espacio para soñar en medio del día que se inventaron nuestros antepasados y que seguimos practicando siempre que podemos con resultados más que terapéuticos.
No hace falta estar de vacaciones, la siesta puede hacerse en cualquier entorno donde nos sintamos bien. Al lado de un lago en una hamaca a la sombra, sobre un campo de hierba o bajo un árbol generoso. Continuar leyendo